Tamaño: 420 x 183 cm Año: 2000 Estilo: Acrílico sobre madera
El alma se representa en esta obra a través de la figura de una mujer serena y pensativa. Nuestra heroína se mueve desde el pasado, que simboliza el horizonte, hacia el presente, donde nosotros, los espectadores, presenciamos su camino.
Orcajo explora cómo el inevitable flujo del tiempo y los cambios sociales externos afectan a la personalidad, dejando huellas que pueden tanto colorear como distorsionar la individualidad, transformarla, destruirla. Mientras que la envoltura física está sujeta a la influencia del tiempo y la sociedad, la esencia, las creencias profundas y los valores deben permanecer inalterados.
El artista nos ofrece dos opciones de desarrollo: una es luchar por preservar nuestra identidad y nuestra integridad, la otra es avanzar hacia el futuro bajo la presión de la experiencia pasada. Este dilema refleja la búsqueda de equilibrio entre lo externo y lo interno, entre la mutabilidad del mundo y la invariabilidad del espíritu.
Al final, vemos que nuestra heroína obtiene libertad de las influencias externas, como si cayera en una cascada inalterada de la vida. Orcajo nos infunde confianza y esperanza: a pesar de todos los obstáculos, cada uno de nosotros puede atravesar las pruebas y preservar nuestra singularidad, dejando un legado puro detrás de nosotros.