Tamaño: 65 x 86 cm Año: 2005 Estilo: Aguatinta sobre placa de cobre
El amor representado por Naranjo no es simplemente un sentimiento, es el fundamento del ser, es lo que continúa el universo en cada uno de nosotros. La pintura nos muestra cómo el amor abraza el espacio y el tiempo, cómo borra las fronteras entre los corazones, cómo permite que el alma flote por encima de lo ordinario, por encima de las olas de las pruebas de la vida.
En el lienzo se representan abrazos, sinceros y apasionados, que parecen despertar al mundo a una nueva realidad, donde no hay lugar para la soledad. En ellos hay armonía y paz, fusión de almas que juntas pueden llevarnos a otra dimensión, donde el tiempo pierde su poder.
Esta obra es un himno al amor, ilimitado y absorbente, capaz de renovar y regenerar, capaz de ser el fundamento de todo lo existente y la fuerza invisible que mueve el mundo. Naranjo nos invita a reflexionar sobre los valores eternos, sobre lo verdaderamente importante y lo que permanece con nosotros cuando todo lo demás se va.