Elena Orehova descubrió su pasión por la cerámica por primera vez en 2015 y pronto fundó el estudio de cerámica Savour. Sin tener una formación especializada en este arte, Elena desarrolló su estilo, practicando constantemente y experimentando.

Encuentra inspiración en todos los aspectos del mundo que la rodea, lo que le permite crear obras estéticamente expresivas y visualmente impactantes. Algunas de sus obras no tienen un significado profundo, pero están creadas con un amor excepcional por su oficio. A través de sus creaciones, Elena busca evocar una reacción emocional en los espectadores y destacar la importancia del trabajo manual.