Todos estamos acostumbrados a que a la mujer se le impongan ciertos límites. Cada uno de nosotros tiene sus propios límites: las expectativas del cónyuge, las configuraciones parentales, los miedos infantiles, los estereotipos sociales. De la mujer se espera que sea hermosa pero no vulgar, delgada pero saludable, que cocine platos exquisitos y al mismo tiempo logre el éxito profesional. Ser mujer en el mundo moderno no es una tarea fácil, como tampoco lo ha sido nunca.
Dejemos de lado todas estas convenciones y volvamos a nuestro verdadero "yo". Hagámonos preguntas: ¿Quién soy sin todas estas limitaciones? ¿Qué puedo lograr?
Las respuestas a estas preguntas las encontrarán a través del arte con significado. Después de todo, el arte habla un idioma que no necesita traducción. Los sentimientos que despierta en nosotros son mucho más sinceros y expresivos que cualquier palabra.