Lev Efimov nació en 1980 en Pskov. Comenzó su camino creativo como fotógrafo y director de video, pero pronto descubrió su pasión por la escultura, especialmente las formas abstractas, que, según él, estimulan la imaginación humana. Efimov encuentra inspiración en una variedad de fuentes, desde la naturaleza hasta el arte digital contemporáneo, y no se limita en cuanto a materiales o formas.

En su taller, que compara con una mini-fábrica, se crean esculturas únicas, cada una con su propio carácter y sin una historia o nombre predefinido. Efimov aborda cada trabajo como un descubrimiento, siguiendo la idea de que el arte debe surgir de manera natural, sin significados "forzados".

Compara el proceso de crear una escultura con el nacimiento de un niño: "Es una sorpresa cada vez, cuando no sabes el género del niño hasta el último… hasta el momento de su nacimiento". Sus obras son apreciadas por coleccionistas y diseñadores, ya que agregan valor estético y un profundo subtexto filosófico al espacio circundante.